En estos momentos si hay que calificar el mercado de vinos a granel no cabe duda de que la palabra euforia lo define perfectamente, también firmeza en las pretensiones y cierta tendencia al alza, aunque más bien están los precios estabilizados en estos momentos. Pero de ceder en precios, de momento, ni pensarlo. Después de varios años en los que los síntomas del mercado eran muy otros, ahora mismo han cambiado. Una cosecha corta en la práctica totalidad de países productores europeos, con unas previsiones totales entre los 150 y 160 millones de hl. en la U.E. cuando normalmente estamos en 170 o más, hacen que los comienzos de campaña se vean con alegría y esperanza de una buena comercialización de los vinos.

            Todo esto que les pongo arriba es cierto, nadie lo puede dudar, los más claro es la subida de los precios tanto en blancos como en tintos, situándose los primeros con fermentación controlada entre 4 y 4,20 euros hl. viniendo de 3,50 Y los tintos entre 3,10-3,20, viniendo de 2,60-2,70. Esta es la realidad, aunque también es cierto que el nivel operativo para las fechas en las que estamos no es todo lo importante que debería ser.

            La cosecha en España es corta, quizá muy corta. Y yo me pregunto, si esta cosecha corta, tras dos también cortas, hubiera ocurrido hace 4 o 5 años, antes de la pandemia ¿qué precio tendrían los vinos? Sinceramente creo que por encima de los que tenemos. Y es que, a pesar de todo lo anteriormente dicho, les he de decir que yo siento una honda preocupación en el mercado, tanto de elaboradores, cooperativas, industriales, exportadores y embotelladores, en todo el sector, que ve que, a pesar de todo esto la triste realidad es que el consumo mundial está bajando de manera importante, no digo ya solo el español, lo amplio al cómputo mundial en general.

            Las exportaciones están bajando, aunque el valor de lo exportado suba, y sigo ampliando el dato, esto le sucede a España, pero también a Francia e Italia, por decirlo de alguna manera en el ámbito mundial se está moviendo bastante menos vino que hace unos años. Será por el precio incrementado, será por el trasporte más caro, por la energía o por lo que sea el caso es que mundialmente se vende menos vino.

            Así estamos con una cosecha muy corta, y con precios elevados, pero no se ve esa alegría en los mercados de querer comprar, de hacerse con mercancía en previsión de nuevas subidas del precio, algún ánimo especulativo, que otras veces, en ocasiones como la que tenemos se daría sin dificultad. Sin embargo, vemos que se sigue comprando al día y en cantidades pequeñas, proporcionalmente para cubrir las necesidades más a corto. Y esto lo hacen por la duda de que no se sabe lo que se va a vender, a qué precio se va a vender y cuando se va a vender.

Es significativo que, tanto los fabricantes de botellas de vidrio, como de Pét o bolsas de bag in box, que hace un par de años veíamos que recortaban entregas por no tener disponibilidad de mercancía, sobre todo en botellas de vidrio, muchos de ustedes lo vivieron en sus propias carnes lo que costaba encontrar vidrio, ahora, sin embargo, se quejan de una bajada general de las peticiones, dato muy significativo de la situación

            Resumiendo, y para terminar, nos tenemos que alegrar de la situación en la que tenemos ahora mismo los mercados del vino, pero tenemos que ser cautos ya que, quizá a pesar de la poca cosecha que tenemos, nos sobre vino. Y esto sería muy preocupante, más sabiendo que si la sequía se pasara una próxima cosecha podría ser mucho mayor y entonces sí que tendríamos un problema grave.

Cuídense mucho y ya saben, PROMOCIONEMOS EL VINO. SIEMPRE MEJOR CON VINO.

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