Un año más, las bodegas de la provincia de Ciudad Real, acogidas a la Denominación de Origen La Mancha, han sido las primeras en arrancar la recogida de las primeras variedades de uva para los vinos de la añada 2019. Lo han hecho con la blanca chardonnay, con más 1.454 hectáreas, la quinta variedad blanca más implantada en La Mancha, que se ha adaptado muy bien a los parámetros de calidad.
En palabras de Fernando Villena, viticultor y vicepresidente en la Denominación de Origen La Mancha, “la chardonnay tiene un ciclo más ciclo más corto de maduración que la airén y por eso se vendimia en agosto”.
Calidad excelente
A pesar de ser una cosecha visiblemente más corta que la añada anterior, “la calidad está siendo excelente”, según el también Presidente de Vinícola de Tomelloso.
Con variación zonal de unos municipios a otros, durante la tercera semana de agosto, la campaña de la vendimia se generalizará prácticamente en el resto de bodegas de la Denominación de Origen La Mancha.
A ello también contribuyen las nuevas técnicas de recolección mecanizadas y nocturnas, que permiten su entrada en bodega a temperaturas más frescas (por debajo de los 20 grados), garantizando así los aromas primarios de la variedad, “para trabajar mejor con los mostos en la bodega, evitando oxidaciones y ahorrando también en costes energéticos”, explica Juan Nieto, director técnico de Bodegas El Progreso, en Villlarrubia de los Ojos, otro de los municipios que también ha comenzado la vendimia en La Mancha.
Así, a las variedades de corte aromático y también ciclo rápido de maduración como las blancas moscatel o sauvignon blanc le seguirá también la recogida de algunas tintas como la tempranillo (cencibel), con cerca de 30.000 Ha de superficie, la variedad tinta más arraigada en el viñedo manchego.