Las previsiones de vendimiación de Assoenologi, ISMEA y Uiv: cosecha a 2 velocidades, estable en el Norte, abajo en el Centro-Sur (-27%) 

Roma, 12 de septiembre de 2023 – La producción vitivinícola italiana cae ligeramente por debajo de los 44 millones de hectolitros, un 12% menos que los 50 millones del año pasado. Según las previsiones del Observatorio Assoenologi, Ismea y Unione Italiana de Vinos (Uiv), presentadas hoy en Masaf, la de 2023 podría resultar la cosecha más ligera de los últimos 6 años, una vez más caracterizada por los efectos ahora crónicos de los cambios climáticos que, con sus cursos meteorológicos inciertos y a menudo extremos (+70% los días de lluvia en los primeros 8 meses del año pasado), han determinado importantes diferencias cuantitativas a lo largo de toda la Bota. De hecho, es un viñedo italiano dividido por la mitad el fotografiado por el Observatorio, que ve al Norte confirmar los niveles del año pasado (+0,8%), mientras que en el Centro, el Sur y las Islas hay caídas de alrededor del 20% y 30%, respectivamente. Protagonista de la cosecha, la Peronospora, enfermedad fúngica determinada por las frecuentes lluvias que no ha dejado escapatoria a muchos viñedos, especialmente del Centro-Sur. Los técnicos del Observatorio reiteran, sin embargo, que el Peronospora no afecta directamente a la calidad de las uvas sanas, los primeros racimos cosechados destinados a las bases de vino espumoso presentan de hecho buenos niveles de acidez e interesantes cuadros aromáticos, que dan perspectivas enológicas positivas. Para los otros tipos serán determinantes las condiciones meteorológicas de septiembre y octubre cuando se llevará a cabo la mayor parte de la cosecha. La contracción volumétrica global implicaría la cesión de la primacía productiva mundial a Francia, cuya producción se estima en torno a 45 millones de hectolitros a -2% sobre 2022. Un “pura dato estadístico”, subraya el Observatorio, que podría resultar más o menos incisivo dependiendo de la tendencia climática de las próximas semanas, crucial para llevar a una maduración óptima especialmente las uvas de las variedades más tardías.

Para el presidente de Assoenologi, Riccardo Cotarella: «Es una cosecha muy compleja la que estamos enfrentando, caracterizada sobre todo por los efectos del cambio climático que a finales de la primavera y principios del verano fueron causa de enfermedades patógenas como la perusa, inundaciones, granizadas y sequías. La fotografía que surge de las previsiones de cosecha nos indica una caída de la producción de uvas bastante significativa, especialmente cuando la vid ha sido atacada repetidamente por la enfermedad. En cuanto a la calidad, el discurso es más complejo. Desde la cosecha de 2023 seguramente obtendremos vinos de buena calidad, con puntas de excelencia. Mucho – concluyó el presidente de Assoenologi – dependerá del trabajo, empezando por el de los enólogos, realizado en la viña y en la bodega. Es precisamente en estas añadas tan extrañas que hay que poner en marcha todos los conocimientos técnicos y científicos para mitigar los daños de un clima cada vez más loco».

«La contracción productiva de este año no debe constituir un elemento de preocupación, dado el alto nivel de existencias, que ha superado los 49 millones de hectolitros, posicionándose como la cifra más alta de los últimos seis años – comentó el comisario extraordinario de Ismea, Livio Proietti -. El tema no es tanto la pérdida del liderazgo italiano en términos de volúmenes producidos, sino la desaceleración de la demanda interna y extranjera, que está deprimiendo las listas de precios especialmente de vinos de mesa e Igt. Debemos trabajar para reducir la brecha de valor entre nosotros y Francia y para reforzar el posicionamiento competitivo de los vinos de calidad, haciendo que los vinos comunes también estén cada vez más caracterizados que los competidores».

Para el presidente de la Unión Italiana de Vinos, Lamberto Frescobaldi: «Ya no podemos permitirnos producir 50 millones de hectolitros como en las últimas cosechas, y no puede ser una enfermedad fúngica la que reequilibre una situación que ha llevado recientemente al récord de existencias de los últimos años. Sorprende, en este sentido, cómo muchos todavía se preocupan por seguir siendo titulares de un cetro productivo que ya no sirve a nadie: hoy más que nunca se imponen elecciones políticas a medio y largo plazo, a favor de la calidad y una reforma estructural del sector. Entre las prioridades, es necesario cerrar finalmente el decreto de sostenibilidad y modernizar el viñedo italiano, medio viejo, difícil de mecanizar y caro de gestionar. También es necesario revisar los criterios para la autorización “por lluvia” de nuevos viñedos en función del rendimiento de las denominaciones, así como reducir los rendimientos de los vinos genéricos y revisar el sistema de las Dop e Igp, incluida su gestión de mercado. Estas son las herramientas para permitir que el vino italiano haga el salto cualitativo necesario para afrontar tanto la situación coyuntural de los mercados como los cambios estructurales en la demanda y los hábitos de consumo. Por último – concluyó Frescobaldi – será necesario cambiar de marcha en el plano comercial, empezando por la simplificación de la Ocm Promoción y una promoción de bandera capaz de involucrar a las empresas desde su planificación».

Geografía del viñedo Italia 2023

Aunque la peculiaridad de la temporada no permite formular predicciones homogéneas ni siquiera en la misma área de área, este año se puede decir que, incluso con las debidas distinciones, el Norte se mantuvo muy bien, confirmando sustancialmente los niveles del año pasado. Al bajar al Centro, las flexiones son en promedio de más del 20%, mientras que en el Sur y las Islas se rozan reducciones del 30%. Un panorama general – cita el informe del Observatorio realizado también con el seguimiento del Ministerio de Agricultura y Regiones – en el que se encontró alguna dificultad adicional para la producción ecológica.

En el noroeste se observa la importante recuperación de Lombardía, seguida de la más moderada de Liguria y el Valle de Aosta con una sustancial finca del Piamonte. El Nord-Est está impulsado por la locomotora Veneto, a pesar de todo en ligero crecimiento en comparación con el año pasado gracias también a la entrada en producción de las nuevas plantas. Trentino-Alto Adige no se desvía mucho de los niveles del año pasado, mientras que pierden algunos puntos porcentuales Friuli-Venezia Giulia y Emilia-Romagna. Más homogénea la situación en el Centro-Sur caracterizada por flexiones que van desde el 20 hasta el 45 por ciento, con cosechas previstas mucho más descargadas sobre todo en la dorsal del Adriático (Marche, Umbría, Abruzzo, Molise, Puglia, Calabria, Basilicata) pero también en Toscana, Lazio, Campania, Sicilia y Cerdeña.

Tendencia climática y vegetativa (detalle en el informe adjunto)

Las abundantes y frecuentes precipitaciones primaveranas han creado las condiciones favorables para la aparición de las enfermedades de la vid y sobre todo del Peronospora que no ha ahorrado muchos viñedos especialmente del Centro-Sur. Las continuas lluvias, de hecho, en muchos casos han impedido entrar en la viña para hacer los tratamientos y en otros han frustrado sus efectos. A esto se suman otras enfermedades como Oidio y Flavescencia Dorada, así como granizo y otros eventos climáticos adversos durante el verano y el cuadro de la situación vitícola se colorea en tintes ciertamente no brillantes para la producción en general, pero sobre todo para los orgánicos. Una cosecha de clima loco que ha puesto de relieve una vez más cómo el gran potencial técnico profesional permite a las empresas que han confiado en la técnica y la ciencia de los muchos enólogos y técnicos viticultores obtener una calidad acorde con la media de las últimas añadas.

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