• Verema celebró su X Concurso para elegir los mejores monovarietales de España y Vegamar logra medallas con sus vinos de la añada 2022 de moscatel (Oro de Alejandría) y los Huella de Merseguera, Huella de Syrah y Huella de Garnacha, este último sumando su cuarto oro desde febrero

El portal del mundo del vino más importante de nuestro país, Verema, celebró la pasada semana la décima edición de su concurso VinoVarietal, con el que quiere premiar la calidad de los mejores vinos de nuestro país en los que domina principalmente una sola variedad. Aunque en el concurso pidan un mínimo del ochenta por ciento de la variedad dominante, los cuatro premiados de Vegamar son monovarietales, es decir, elaborados con una sola casta de cepa, y todos dentro de la DOP Valencia en la zona del Alto Turia.

Los más reconocidos, que lograron sendos oros, fueron las dos variedades tradicionales mediterráneas y que en las alturas de las mesetas de Calles están recogiendo habitualmente premios internacionales. Nos referimos al moscatel de grano fino con el que se hace el Oro de Alejandría, un vino naturalmente dulce que en la añada que está en el mercado, la 2022, ya lograra el mismo galardón en Proava y un Gran Oro en los premios CINVE, así como otro premio en el Casino de Madrid.

En tintos, el oro de Vegamar lo logró el Huella de Garnacha, también un vino de añada que suma su cuarto oro en lo que vamos de año. Antes fue en Alemania en Mundus Vini, en Proava de Valencia, en CINVE y ahora este, sin olvidarnos de medallas en el IWC y el que anunciamos recientemente en Decanter.

También tuvieron medallas el Huella de Syrah, realizado con esta variedad francesa muy bien aclimatada a las altitudes de las mesetas del Turia, y un clásico de la bodega, el Huella de Merseguera

Esta variedad fue en otra época no muy lejana la compañera del moscatel en todo el territorio, pero estaba pensada precisamente como compensación a la anterior para darle frescura. Con el tiempo se fue eliminando, pero ahora en las manos de Pablo Ossorio y Maripaz Quílez en Vegamar ha conseguido lucir en solitario como una Prima Donna la que siempre tuvo que jugar el papel de corista. Corista excelente, pero corista al fin y al cabo. Ahora, con vinos como el Huella de Merseguera, se ha recuperado, se ha ampliado la superficie de plantación en la Comunidad y demuestra que el cambio climático juega a su favor.

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