En este balance se ofrecen datos conjuntos de producción y comercialización, de los
tres Consejos Reguladores.
El año 2020 ha sido un año difícil, también para el sector vitivinícola, debido a varias
causas. La principal, la pandemia provocada por el coronavirus, que ha tenido efectos
directos e indirectos en el sector. Otra causa ha sido el mildiu, enfermedad que si bien
siempre está presente, en esta campaña ha hecho estragos en muchas viñas, y a lo que
hay que sumar algún fenómeno meteorológico adverso.
El sector vitivinícola se ha tenido que enfrentar a la situación a base de trabajo y de
ingenio para conseguir cierta normalidad.
• La pandemia del coronavirus ha sido el factor más negativo, actuando de
manera indirecta sobre la producción de uva y vino y, de manera directa, sobre
la comercialización. Como consecuencia del primer confinamiento se intuyó
que la temporada turística peligraba, haciendo necesario limitar la producción
de uva para disminuir la cantidad de vino elaborado, para no desbordar la
capacidad de las bodegas. Así se hicieron podas intensas, en seco y en verde.
• El mildiu, aunque es una enfermedad siempre presente, en esta campaña ha
atacado con fuerza a las viñas, afectando buena parte de la producción y
obligando a hacer inversiones más fuertes que otros años para luchar contra
este hongo.
• El granizo afectó también a ciertas parcelas en la parte del Levante de la Isla.
• Finalmente, hubo viticultores que se acogieron a las ayudas de poda en verde
para limitar la producción de sus viñas.
DATOS DE PRODUCCIÓN
Nota: Los datos que se ofrecen a continuación son el resultado de comparar la media de las añadas: 2016, 2017,
2018 y 2019 con los datos del 2020.
• Las hectáreas productoras han pasado de 1.461 a 1331 has, lo que supone
una disminución de un 9%.
• La producción de uva, de 8.271.000 kg. ha pasado a 6.199.000 kg,
disminuyendo un 25%.
• Y los litros de vino elaborado de 5.339.809 L. a 3.797.500 L, con una bajada
del 25%.
En marzo de 2020, ya se intuía que la temporada turística no sería como las habituales,
y algunos viticultores tomaron la decisión de limitar la producción, practicando podas
intensas, en seco y en verde.
En otros casos, la producción de ciertas parcelas fue destruida por un ataque de
mildiu.
Y, además, algunas viñas se acogieron a las ayudas de la poda en verde.
La consecuencia de todo ello, ha sido una fuerte reducción de la producción de uva y
de vino, de forma general, en todo el sector.
DATOS COMERCIALIZACIÓN
Nota: Los datos que se ofrecen a continuación son el resultado de comparar la media de las añadas:
2016, 2017, 2018 y 2019 con los datos del 2020.
Los efectos de la pandemia sobre la comercialización han sido muy importantes. En
primer lugar, porque la cuota de mercado local es baja y, en el 2020, no ha habido la
afluencia turística habitual. Como la pandemia afecta a todos los países compradores
habituales del vino, la exportación también se ha visto afectada.
En consecuencia los datos son las siguientes:
• La comercialización total ha pasado de 4.658.000 L. a 3.039.500 L., 1.618.500 L.
menos, que representa una disminución del 35%.
• Las ventas en la Isla han pasado de 3.640.000 L. a 1.916.600 L., una disminución de
1.734.000 L., que representa un 48% menos.
• La venta a la Península ha pasado de 140.300 L. a 482.700 L, un aumento de 342.400
L. Lo que representa un aumento del 344%. Es el dato más positivo de la
comercialización. Nunca se habían conseguido unas ventas tan grandes a la Península.
• En cuanto a la exportación en los países de la Unión Europea, se ha pasado de
650.600 L. a exportar 448.500 L, una mengua de 176.000 L que representa un 31%
menos.
•Y en la exportación a terceros países se ha pasado 226.400 L a 191.600 L, una
diferencia de 34.800 L., que representa una disminución del 16%.
Tal como se preveía la comercialización al 2020 bajó mucho, en general, un 35%. Las
ventas directas en Mallorca, por la bajada del sector turístico, se redujeron un 48%. Las
exportaciones también tuvieron una fuerte bajada, del 34% en la UE y 31% en los
terceros países. Sólo se incrementó de forma importante, la venta de vino a la
Península, un 344%.
Como resultado de estos datos negativos, la facturación de vino en conjunto ha bajado
un 39%, mientras que el gasto de viticultores y bodegas ha sido prácticamente el
mismo que el de un año normal, las viñas han seguido su desarrollo habitual, al
margen de la pandemia. Además, debido al fuerte ataque de mildiu, los tratamientos
fitosanitarios se han incrementado y los trabajos de elaboración de los vinos y
mantenimiento de las bodegas no han variado mucho.
El sector vitivinícola está a la expectativa de lo que pueda pasar en 2021, pero como
han afirmado en repetidas ocasiones, viticultores y bodegueros, lo más importante es
hacer buen vino y no ceder ante las dificultades. Además, las situaciones de crisis
siempre suponen un esfuerzo complementario para superar los contratiempos que se
presentan.