
Única experiencia sobre AOVE, Queso Manchego Artesano de Granja y Vino de Pago
Desde 1997, este Pago destaca por la excelencia de sus productos, que pronto se complementarán con pistachos y almendras con la misma marca
JOSÉ LUIS MARTÍNEZ DÍAZ
Los humedales de algunas zonas de La Mancha, a la que paradójicamente los musulmanes llamaban “tierra sin agua”, son la base sobre la que se asienta Pago de la Jaraba. Unas tierras fértiles disfrutadas en diferentes épocas desde la Edad Antigua por diferentes culturas y que mantienen el nombre de “La Jaraba” -tierra abundante en agua en árabe-.
Esa fama que precedía a la finca, ubicada entre las provincias de Albacete (Villarrobledo) y Cuenca (El Provencio), fue lo que llevó a Gaspar Fernández Medrano a adquirir estas 1.080 hectáreas de terreno, de las cuales en la actualidad 80 se dedican al viñedo, con el vidueño blanco de la Sauvignon Blanc y con las variedades tintas Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon y Mazuelo. Aunque algunas parcelas eran anteriores a la compra de la finca en 1997, la mayoría de los viñedos se plantaron al año siguiente.
Además, hay otras 100 hectáreas dedicadas a olivar de las variedades cornicabra y arbequina y ya hay una importante extensión cultivada de nogales, pistachos y de almendras, al margen de otras dedicadas a la alimentación de las 3.000 ovejas de raza manchega con las que se elabora queso manchego artesano de granja.
Lejos queda ese proyecto inicial del fundador, que se echó el hatillo al hombro -como nos explicó Teresa, la guía, en la visita de periodistas de la AEPEV en la que se encontraba EL CORREO DEL VINO- e invirtió el dinero que hizo labrando el campo con una cosechadora y aprovechando el potencial de su familia para llegar a lo que hoy es Pago de la Jaraba, un ejemplo de Agroturismo Experiencial y de sostenibilidad, dado que en la finca se aprovecha todo. Hasta la lana de las ovejas sirve para que el agua perdure durante más tiempo en los olivares; mientras que las hojas de los olivos van a ser una parte de la alimentación de las ovejas, que pastan y abonan sobre el manto vegetal de las calles de almendros y pistachos y en otras muchas zonas dedicadas al barbecho y al cultivo del propio forraje.
No hay otro sitio en España en el que se pueda visitar una quesería manchega artesana, que trabaja exclusivamente con leche cruda de sus propias ovejas, una almazara y una bodega, inaugurada en 1999, al margen de la reproducción de un molino manchego, estrenado en 2014, que adquiere el nombre del propietario, Gaspar, y en el que se recrea la molienda del trigo una vez al año sin que falte un solo detalle en el interior, en una visita que se desarrolla a través de diferentes paquetes y en las que se utiliza un tren turístico. Por su parte, la almazara y la quesería se inauguraron en 2010 y 2011, respectivamente.

El hueso de la aceituna también se aprovecha como combustible e incluso la madera de poda, los sarmientos, que son la base de un novedoso aporte de taninos y polifenoles a los vinos, en una tarea en la que el actual gerente, Francisco Fernández, Ingeniero Químico, dedica su propio Doctorado, en el ánimo de hacer vinos más duraderos y estables en el tiempo de forma totalmente natural.
Al margen de la mínima intervención en los cultivos, por convencimiento, las botellas que utilizan en sus vinos, con las marcas Pago de la Jaraba, Viña Jaraba y Azagador, son del menor peso posible, en el ánimo de generar una huella cero de carbono, tal y como nos explicó en el viaje de prensa Francisco Fernández, quien también es el Presidente de la Asociación de Unión de Vinos de Pagos Certificados.
Novedades
Al margen del proyecto de la utilización de los sarmientos en la elaboración, Pago de La Jaraba, que fue reconocido con esta máxima indicación de calidad en 2019, la propiedad va a acometer en breve la cubrición parcial del patio típico de la bodega para poder albergar turismo de empresas y convenciones, al margen de agasajar a sus distribuidores y clientes en todo el mundo. La Jaraba exporta a unos 40 países de Europa, América y Asia, dependiendo de cada tipo de producto y tiene una fuerte implantación en nuestro país.

Además, en breve empezarán a comercializar almendras y pistachos bajo la marca paraguas de Pago de La Jaraba. Algunos de estos proyectos, a los que se suma la organización del Festival Internacional de Música Clásica que preparan para mayo del próximo año, nos los explicó Francisco Fernández durante un almuerzo en el que se cataron los vinos de pago de Sauvignon Blanc y dos ensamblajes de Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Merlot de la añada de 2021, cuya diferencia era que uno de ellos había envejecido con barrica de roble francés nueva, donde se advertían mucho más las notas terciarias, y la otra envinada con un solo uso. También se cató un Merlot del mismo año.