El director general de la OIV visitó Portugal el 5 y 6 de mayo pasados. Se trató del primer viaje oficial a un Estado miembro tras el inicio de la pandemia, la cual paralizó actividades importantes como el contacto directo con los Estados miembros en su entorno de trabajo.

La evolución de las condiciones sanitarias genera nuevos signos de optimismo, lo que permite el regreso de las reuniones físicas, si bien bajo estrictas condiciones. 

La visita oficial de Pau Roca, director general de la OIV, a Portugal la semana pasada es una prueba de esto, ya que representa el punto de partida de visitas futuras a distintos países, con el objetivo de fortalecer el importante contacto con sus 48 Estados miembros.

Portugal: miembro fundador de la OIV desde 1924 

Durante los días que estuvo en Portugal, Pau Roca participó en numerosas actividades con diferentes representantes del sector. El 5 de mayo, acompañado por Bernardo Gouvêa, presidente del Instituto da Vinha e do Vinho (IVV), el director de la OIV fue recibido por Maria do Céu Antunes, ministra de Agricultura de Portugal. En esta reunión, se destacaron la fuerte cooperación y el dinamismo del país en relación con la OIV.

Reunión con Maria do Céu Antunes, ministra de Agricultura de Portugal. © Ministério da Agricultura de Portugal

Al día siguiente, la ACIBEV, Associação de Vinhos e Espirituosas de Portugal (Asociación de Vinos y Bebidas Espirituosas de Portugal)organizó una conferencia híbrida en la que el director general habló sobre la coyuntura del sector vitivinícola mundial en 2020. Posteriormente, se realizó una sesión de preguntas y respuestas con la participación de personalidades del sector del vino portugués. En el discurso de apertura de la conferencia, Jorge Monteiro, presidente de la ACIBEV, dio la bienvenida al director de la OIV y le agradeció por su presencia y su aportación al sector. En el cierre de la conferencia, Bernardo Gouvêa compartió sus consideraciones y expresó su profundo agradecimiento por el trabajo realizado por la OIV y su estrecha relación con Portugal. 

Para cerrar el programa, el mismo día, Pau Roca tuvo la oportunidad de visitar el Centro Experimental para la Conservación de la Variabilidad de las Vides Autóctonas, gestionado por la Asociación Portuguesa para la Diversidad de la Vid (PORVID*) bajo un protocolo de colaboración firmado con el Ministerio de Agricultura de Portugal.

La investigación de Portugal, reflejada en las resoluciones de la OIV 

Este centro, gestionado por PORVID, es una infraestructura pionera dedicada a la conservación integral de la diversidad de las variedades de vid (diversidad intravarietal) cuyo objetivo es añadir valor, adaptabilidad y sostenibilidad a la vitivinicultura. Diez años después de su fundación, ya hay más de 30 000 genotipos conservados, y el objetivo final es asegurar 50 000 genotipos de las 250 variedades nativas de Portugal.

Este banco genético viviente materializa la innovación a partir del conocimiento a través del suministro de selecciones policlonales tanto para viticultores como para los vinicultores, una nueva metodología creada en Portugal y, desde 2019, reconocida por la OIV mediante una resolución unánime adoptada por todos los Estados miembros. Este reconocimiento hizo que la metodología estuviera accesible a nivel mundial, lo que abrió el camino para una conservación global de la diversidad original de las antiguas variedades de vid en los viñedos de todo el mundo. Consultar la resolución OIV-VITI 564B-2019

Al final de la visita, se pudo apreciar el resultado del trabajo desarrollado por el centro, con una cata de vinos elaborados de manera experimental a partir de variedades portuguesas poco conocidas. La cata fue guiada por António Graça, secretario del Grupo de expertos ENVIRO de la OIV, quien representa a Sogrape en PORVID. Entre los vinos que se cataron se encuentran algunos elaborados con sercialinho, tinta francisca y touriga fêmea, variedades que, según Graça, “podrían estar extintas en la actualidad si este trabajo de conservación no se hubiese iniciado hace 40 años”.

Pau Roca agradeció la visita y la presentación del proyecto, y señaló que “en este tipo de enfoque para la conservación de la biodiversidad y la comprensión de la naturaleza reside el futuro de la vitivinicultura mundial”. 

El director general de la OIV concluyó felicitando a los responsables por los resultados ya visibles y agradeciendo por la implicación de la OIV en su difusión a nivel mundial.

Sercialinho, tinta francisca y touriga fêmea, son variedades que, según Graça, “podrían estar extintas en la actualidad si este trabajo de conservación no se hubiese iniciado hace 40 años”.

*Acerca de Porvid
PORVID es una asociación sin fines de lucro creada en 2009 con el objetivo de conservar y añadir valor a partir de la diversidad genética y las poblaciones de vid salvaje. En 2010, el Ministerio de Agricultura de Portugal firmó un protocolo con PORVID para la creación del Centro Experimental para la Conservación de la Variabilidad de las Vides Autóctonas y lo puso bajo su dirección por un periodo de 50 años. Integrada por un ayuntamiento, institutos públicos, universidades, asociaciones técnicas, empresas privadas y emprendedores independientes, PORVID investiga y recolecta vides en peligro de extinción de antiguos viñedos, dando prioridad a aquellas marcadas para ser arrancadas. A continuación, las conserva en colecciones en función de la diversidad de cada variedad que finalmente se transforman en objeto de estudio. El conocimiento generado por estos estudios se transforma en la base para las selecciones policlonales, lo que permite a los viticultores plantar vides que crean una sinergia entre la rentabilidad económica, la resiliencia y la sostenibilidad. Tras haber publicado un corpus relevante de artículos científicos, PORVID también apoya las iniciativas de conservación de la diversidad más allá de las fronteras de Portugal.

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