El pasado 24 de enero, los máximos responsables de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), firmaron el Memorando de Entendimiento (MoU, en sus siglas en inglés) para promover e impulsar iniciativas de fomento del enoturismo a nivel mundial.


El objetivo de este acuerdo es buscar y aprovechar las sinergias de actuación conjunta entre ambas instituciones multilaterales para multiplicar la eficacia de las acciones en pro del turismo enológico, a través de la cooperación tanto sobre bases científicas, como de promoción económica y social en el marco de una estrategia de sostenibilidad de la biosfera y de adaptación y mitigación del cambio climático.

Ambas instituciones pondrán sus medios técnicos en común para alcanzar ese objetivo y colaborarán con el intercambio de la experiencia acumulada ante nuevos retos como la digitalización.

La firma de este documento, celebrada en la sede de la OMT, en Madrid, corrió a cargo del actual secretario general de esta organización, Zurab Pololikashvili, y del director general de la OIV, Pau Roca. En el mismo se reconoce la importancia de promover el enoturismo para avanzar en la creación de empleo, el desarrollo rural, la inclusión social y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Según afirmó Pau Roca, en el Plan Estratégico quinquenal de la OIV 2020-2024 se señala ya con precisión que uno de los objetivos es “fomentar el desarrollo del enoturismo, los paisajes y los terruños vitivinícolas, poniendo de relieve su importancia y participando en su desarrollo”.

Para enmarcar la importancia del fenómeno y del potencial de enoturismo, hay que considerar que solo en España contamos con 6.690 bodegas, de las cuales casi 4.000 son consideradas como grandes unidades de producción. En el mundo, se estima que puede haber alrededor de 60.000 bodegas y todas ellas están en el territorio, en el campo, cerca de las viñas y en un entorno rural. No se trata de fábricas cercanas a las grandes urbes.

Turismo en desarrollo

Este año la Feria Internacional del Turismo (Fitur) ha puesto un acento especial en el enoturismo, “una modalidad turística en pleno desarrollo que, además, según Roca, traslada al ciudadano, al consumidor de turismo, un conocimiento y una experiencia que legitima el vino como producto, que lo sitúan como el bien cultural que siempre ha sido, pese a que continuamente hay que estar educando e informando a las nuevas generaciones, más en estos momentos en los que a veces se cuestiona su legitimidad, incluyéndolo entre las enfermedades no transmisibles.

Por eso, el turismo enológico, añadió el director de la OIV, permite valorar el vínculo del vino con la tierra, saber las dificultades y condiciones climáticas para su producción, y generar el respeto para el producto final. Estas experiencias (de cata y degustaciones), además, serán la base para un consumo moderado e inteligente, muy alejado de ese otro turismo de exceso, que provoca problemas de orden público en algunos destinos”.

Al respecto, desde la OIV se ve al enoturismo como un gran motor de educación al consumo y un fenómeno de transmisión de conocimiento de la realidad vitivinícola, que promueve, además, el respeto por el producto, por los hombres y mujeres que trabajan en el campo, y que “alerta también de las consecuencias del cambio climático y de la toma de conciencia de la crisis a la que nos enfrentamos si no cambiamos nuestros hábitos de consumo por otros enteramente sostenibles”.

Los proyectos más inmediatos que van a compartir ambas instituciones intergubernamentales son el 43 Congreso Mundial del Vino, a celebrar entre el 23 y el 27 de noviembre próximos en Santiago de Chile (Chile) y, antes en la V Conferencia Mundial del Turismo Enológico en Alentejo (Portugal), prevista del 15 al 18 de octubre. Además, aunque más lejano, se tiene en el horizonte de la OMT la Exposición Universal de Osaka 2025, en Japón, en donde el pabellón del Vino podría convertirse, según el director general de la OIV, en una experiencia temática sobre el enoturismo. Antes, en 2024, será el centenario de la OIV y para entonces, concluye Roca, se espera tener un balance de los logros de esta colaboración con la OMT.

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