Seleccionado entre medio millar de referencias, este vino de la DOCa Rioja ha sido galardonado con la Medalla Gran Oro en el Mundial de Tempranillo y sus Sinonimias 2019. Además, Carlos Serres Gran Reserva 2011 y Carlos Serres Crianza 2016 han conseguido una Medalla de Oro
El Concurso Mundial de Tempranillo y sus Sinonimias 2019 ha premiado al vino Carlos Serres Reserva 2014 con una Medalla Gran Oro, lo que lo convierte en una de las cuatro mejores elaboraciones del mundo realizadas con uva de esta variedad. La frescura, su paso en boca sedoso, su elegancia, y un final largo y persistente, conquistaron al jurado especialista que se reunió, a finales de diciembre de 2019, en la capital belga.

· No ha sido el único reconocimiento que ha obtenido esta bodega centenaria ubicada en Haro, primera de la localidad registrada como comerciante exportadora. Carlos Serres Gran Reserva 2011 y Carlos Serres Crianza 2016 han sido galardonadas con una Medalla de Oro.
· El concurso pretende impulsar el conocimiento de la variedad autóctona de uva más relevante e internacional del sector vitivinícola español, así como la divulgación de la rica variedad de nombres por los que se conoce la uva Tempranillo, sus sinonimias, según las zonas de España donde se cultiva. Albillo, Piñuela, Aranda, Aragonesa, Tinta de Toro, Chinchillana, Santa Ana, Ullaga o Tempranillo Rioja, son algunas formas de designar esta uva cuya referencia escrita se remonta a 1513.
· Entre otros, anteriormente Carlos Serres Reserva 2014 ha sido distinguido con 90 puntos en la prestigiosa revista norteamericana Wine Spectator. Así mismo, Tim Atkin (Informe Rioja 2015) o Robert Parker Jr (The Wine Advocate 2016) valoraron en el pasado, con 89 puntos, este vino de la Bodega Carlos Serres. Por su parte, Wine Enthusiast incluyó a Carlos Serres Gran Reserva 2011 dentro de los 100 mejores vinos de 2016 y Carlos Serres Crianza obtuvo una Medalla de Oro en el Concurso Internacional de Berlín 2016 y una plata en los Premios Bacchus 2016.
Haro (La Rioja), 9 de enero de 2020. El vino de la DOCa Rioja Carlos Serres Reserva 2014, uno de los más premiados de esta bodega centenaria con sede en Haro, ha sido uno de los grandes triunfadores en la última edición del Mundial de Tempranillo y sus Sinonimias, celebrado en Bruselas a finales del pasado diciembre, al lograr una Medalla Gran Oro. Se trata de la máxima distinción que concede este prestigioso concurso internacional. De las cerca de 500 referencias catadas en el concurso, esta elegante elaboración de la bodega Carlos Serres, 90% Tempranillo y 10% de Graciano, ha sido uno de los cuatro vinos que ha conseguido un Gran Oro. Además, Carlos Serres Gran Reserva 2011 (85% Tempranillo, 10% Graciano y 5% Mazuelo) y Carlos Serres Crianza 2016 (100% Tempranillo), han sido galardonados con una Medalla de Oro.
El Mundial de Tempranillo y sus Sinonimias, concurso internacional e itinerante –la edición de 2018 tuvo lugar en Ámsterdam– se celebra para dar a conocer el valor y singularidades del Tempranillo, con el objetivo de mostrar al mercado internacional la calidad y el carácter global de la variedad autóctona de uva más relevante del sector vitivinícola español.
Carlos Serres Reserva 2014, frescura y elegancia
El jurado especialista, del que forman parte catadores, sumilleres, enólogos, importadores, distribuidores y críticos especializados de reconocido prestigio internacional, ha coincidido en resaltar las virtudes de Carlos Serres Reserva 2014, cuyas uvas para su elaboración proceden de una selección de diferentes parcelas de la Finca El Estanque, en la localidad riojana de Haro. Este viñedo de 60 hectáreas, de las que casi 48 se destinan al cultivo del Tempranillo, presenta unos suelos en su mayoría arcillo-calcáreos, con alta presencia de gravas, perfectos para esta variedad de uva y otras como Graciano, Mazuelo, Maturana Tinta y Viura.
Después de un proceso de vendimia manual en el viñedo, cuya media de antigüedad es de 30 años, el vino se elabora en depósitos de hormigón. Tras un ligero despalillado y estrujado, el mosto macera en contacto con los hollejos y fermenta a 30 ºC, trece días. Después, reposa durante 24 meses en barricas de roble francés y americano, y se afina en botella durante 12 meses.
El resultado es un vino color rojo picota de intensidad media, con un ribete teja que denota su crianza en barrica. Presenta aromas a fruta negra madura, tofe y balsámicos, con ligeras notas minerales. En boca muestra una buena estructura. Es fresco, con un paso de boca elegante, y un final largo y persistente. Las virtudes de este Tempranillo, galardonado con el Gran Oro, hacen de Carlos Serres Reserva 2014 un vino perfecto para acompañar todo tipo de carnes asadas, estofadas o a la parrilla, así como charcutería fina, solomillos, platos de caza y quesos fuertes y curados.
El coupage de Carlos Serres Gran Reserva 2011 (85% Tempranillo, 10% Graciano y 5% Mazuelo), un vino criado durante 36 meses en barricas de roble francés y americano, y afinado en botella durante otros 36 meses, ha seducido el paladar del jurado experto del Mundial de Tempranillo y sus Sinonimias. Procedentes de una selección de las diferentes parcelas de la Finca El Estanque, la vendimia manual de la variedad Tempranillo se llevó a cabo a mediados de octubre y, a finales de dicho mes, la de los frutos de Mazuelo y Graciano. Destaca su color rojo rubí brillante, con un ribete anaranjado que denota su larga crianza en barrica y en botella, así como sus aromas complejos de larga crianza, con presencia de fruta madura confitada y delicados toques especiados (vainilla, canela). En boca se muestra elegante, aterciopelado y armonioso, con un final largo, fresco y persistente. Es ideal para acompañar todo tipo de carnes asadas, estofadas o a la parrilla, charcutería fina, solomillos, platos de caza y quesos fuertes y curados.
Los mejores frutos de la variedad Tempranillo, cultivados en la Finca El Estanque, hacen de Carlos Serres Crianza 2016 un vino sabroso, fresco, frutal, con un final persistente y goloso. Tras la vendimia manual a mediados de octubre, el vino se elabora en depósitos de hormigón y, posteriormente, permanece durante 14 meses en barricas de roble francés y americano. El afinamiento en botella es de 6 meses. Este 100% Tempranillo presenta un color rojo picota con ribete púrpura, limpio y brillante. Sus aromas a fruta roja madura sobre un fondo especiado, con ligeras notas de regaliz, marida a la perfección con platos de la cocina mediterránea, frituras, verduras a la parrilla, arroces, pasta, legumbres, carnes blancas y rojas, quesos suaves o de media curación.
Una variedad apreciada desde el siglo XVI
Albillo, Piñuela, Aragonesa, Aranda, Ullada o Santiaguera, son algunas sinonimias para designar, según la zona geográfíca, la uva Tempranillo, cuyo interés no es una moda reciente. En España, la primera referencia a esta variedad de uva la hace Gabriel Alonso de Herrera, en 1513, dentro de su Tratado de agricultura general. En él describe así la variedad Aragonés, como se denominaba a la uva Tempranillo en la zona de Burgos: «Uva prieta, tiene los racimos grandes y muy apretados y la uva gruesa, son cepas de mucho llevar».
Es una variedad de ciclo corto, de porte erguido y sensible al viento y a la sequía extrema; fértil y con un potencial productivo medio-alto en función del terreno. Sus características enológicas indican que, en producciones limitadas, da vinos óptimos con poca acidez. La uva Tempranillo está indicada en la elaboración de vinos jóvenes de maceración carbónica. Admite crianza en barrica de roble con buenos resultados. Y si se vendimia de forma adecuada –a mano, como en la Bodega Carlos Serres– permite elaborar vinos de excelente calidad.
Bodegas Carlos Serres
Bodegas Carlos Serres es una de las joyas desconocidas de Rioja. Una de esas pocas firmas que pertenece al selecto y exclusivo grupo de las bodegas centenarias riojanas que marcaron un antes y un después en el devenir de la denominación. Una firma clave para contar y hablar del Rioja y su historia. Fundada en Haro en 1896, Bodegas Carlos Serres fue la primera bodega de Haro registrada como comerciante exportadora, con el objetivo de que sus vinos satisficieran los mejores paladares internacionales. El antiguo edificio se situó en el Barrio de La Estación de Haro. Allí, Carlos Serres aplicó las técnicas de elaboración y crianza heredadas de su país de origen, Francia, y dotó a la bodega de un componente comercial que impulsó la internacionalización de sus vinos. A mediados del siglo XX, las necesidades de crecimiento de la bodega y la falta de espacio obligó al traslado de la misma a su nueva ubicación, donde se sitúa hoy en día.
La bodega respeta el legado histórico y tradicional transmitido por su fundador. Los depósitos de hormigón aseguran una perfecta preservación de la máxima expresión frutal de cada variedad por la micro-oxigenación continua que se produce de forma natural por sus poros. A partir del estilo bordelés, implantado por Carlos Serres, las barricas de roble americano y francés de las mejores tonelerías transmiten esas notas especiadas y lácticas en una nave totalmente nueva, donde reposan 5.000 barricas. Todo en un estilo arquitectónico que fusiona una historia centenaria con el diseño contemporáneo.
La filosofía internacional que implantó Carlos Serres en 1896 ha permanecido intacta hasta el presente: elaborar vinos finos y elegantes que muestren el carácter atlántico y la personalidad de un terruño histórico como el de Haro.