
• Dehesa El Molinillo, situada en los Montes de Toledo, apuesta por realzar la expresión de su paraje natural a través de un rosado de dehesa.
• Un rosado que aúna una especial frescura, fruto de su terroir, y una singular capacidad de envejecimiento.
Retuerta del Bullaque (Ciudad Real). Mayo de 2025- La Rous nace del propósito de recoger la energía y pureza únicas de la dehesa y transformarlas en un rosado que exprese el equilibrio, personalidad y belleza de Dehesa El Molinillo.
Situada en un enclave espectacular en los Montes de Toledo, Dehesa El Molinillo es ampliamente conocida entre los amantes de la gastronomía por la excelencia de sus aceites de oliva virgen, multipremiados en los más prestigiosos concursos mundiales dedicados al AOVE. Además, cuenta con un singular proyecto vitivinícola, fruto de la pasión por el mundo del vino que siente Manuel Lao Gorina, miembro de la familia propietaria e impulsor de esta bodega, dirigida en la actualidad por los consultores y enólogos Juan Antonio Leza y Jean Marc Sauboua.
En las diez hectáreas dedicadas al viñedo, Juan Antonio y Jean Marc mantienen la misma filosofía de respeto al entorno que se vive en esta dehesa, trabajando la viña bajo los preceptos de la agricultura ecológica certificada.
“Los vinos son una imagen de este enclave, fiel reflejo de lo que obtenemos aquí de forma natural”, explica Leza, que quedó enamorado del proyecto desde el principio. El objetivo es elaborar vinos de dehesa que transmitan este paisaje único y biodiverso, marcado por la altitud a la que se encuentran, a más de 700 metros sobre el nivel del mar, y los suelos, procedentes del Cuaternario, que son pobres, marcados por la arcilla roja, a la que se suman los materiales habituales de las rañas, llanuras pedregosas propias de la zona.
La Rous 2023 nace así de las mejores uvas de la subparcela de cabernet sauvignon (variedad que fue una de las primeras en ser plantadas en la dehesa, allá por el año 2006) que cuenta con los suelos más profundos, situada en la zona más fresca y baja de la dehesa, donde las cepas tienen una mayor expresión vegetativa. “Escogimos esta parte del viñedo para elaborar La Rous, con suelos donde predomina la arcilla, porque es la zona de la parcela con más vocación para este tipo de vino rosado, con más vigor y exuberancia, y con una filosofía clara: expresar a la perfección cada añada y conseguir una gran capacidad de guarda”, explica Leza.
Versátil y muy gastronómico, la frescura y el carácter de la cabernet sauvignon, potenciados por la amplitud y viveza de su terroir, muestran en La Rous 2023 todo su esplendor y poderío. Gracias a su singular frescura y a una cuidadosa fermentación y crianza en barricas de roble francés durante 9 meses (el 70% del vino) y afinamiento sobre lías en depósito de acero (el 30% restante), La Rous 2023 cuenta con una limitada producción de 3.528 botellas. Un vino que sorprende por su espectacular capacidad de envejecimiento, convirtiéndose en un rosado de guarda, ofreciendo su versión más sofisticada y elegante con el paso de los años. Así lo señala su asesor técnico Jean Marc Sauboua, quien puntualiza: “Nos hemos encontrado con un potencial de frescor mayor del que esperábamos, y esto ha contribuido a concebir vinos con capacidad de envejecimiento”.
Añada climática 2023
La añada 2023 en Dehesa El Molinillo fue casi “tropical”, muy calurosa, pero al tiempo, muy lluviosa (529 mm), siendo la segunda más cálida en 25 años, solo superada por 2022. La vendimia se planificó parcela por parcela, para vendimiar diferenciando los distintos grados de maduración de uvas y zonas. A la parcela de cabernet sauvignon de la que nace La Rous no le llegó el turno hasta el mes de octubre. Seleccionadas y recogidas a mano, las uvas para La Rous fueron vendimiadas ligeramente antes que las escogidas para los tintos, entre el 3 y el 19 de octubre, con el fin de preservar toda su frescura y delicadeza.
Notas de cata
La Rous 2023 muestra un precioso color asalmonado, preludio de una nariz en la que destacan sus aromas a frutas como el melocotón de viña, el pomelo rosa, el limón, la fresa y las flores azules como las violetas. Con una buena mineralidad y gran complejidad gracias a su fermentación en barrica, también ofrece sutiles notas de pimienta blanca, tanto en nariz como en boca. En el paladar se muestra seco, sedoso y equilibrado, contando con una estupenda acidez muy bien integrada en el conjunto, dando como resultado un rosado refrescante y vivaz, con un final suave y cremoso. Un vino que admite tanto su disfrute más inmediato como la guarda para expresarse con la elegancia y sutileza de los rosados más longevos.
P.V.P.: 20 €
Dehesa El Molinillo, despensa natural
Dehesa El Molinillo se sitúa en los Montes de Toledo, en las inmediaciones del Parque Natural de Cabañeros, en Retuerta del Bullaque, provincia de Ciudad Real. Una finca con 4.200 hectáreas, que la convierte en una de las fincas más grandes del país.
La elaboración de aceite de oliva de máxima calidad es una de las actividades principales de Dehesa El Molinillo, junto con la producción de vino y miel. Los olivos comparten paisaje con otros cultivos como el cereal, las leguminosas o la vid, pero también con encinas, alcornoques y otra vegetación autóctona, así como con el ganado, sin olvidar la fauna local, que contempla desde ciervos, corzos y gamos, a diversidad de aves, reptiles, anfibios e insectos, entre otros. Una riqueza natural donde se desarrolla la actividad agrícola para obtener los productos que la dehesa ofrece.
Dehesa El Molinillo solo elabora aceites de oliva virgen extra, a partir de las 230 hectáreas de olivar propio con las que cuenta, y lo hace en la propia finca, gracias a una almazara equipada con tecnología de última generación. Cuenta con cinco referencias que ponen de relieve la multitud de matices de los que provee la naturaleza que rodea las plantaciones: AOVE Navalices, AOVE Tradición, AOVE Reserva de la Familia Ecológico, AOVE Empeltre y AOVE Coratina. A ello se suma ahora la producción de dos vinos de dehesa, La Rous y Nacelcanto, con los que se expresa de manera poderosa todo el frescor que encierra el altiplano de la raña toledana.