Difícil titular pongo en este artículo, vaticinar algo en el mundo del vino es ya de por sí, difícil, pero en un año como este, si cabe, es aún más complicado ya que hay circunstancias, como son las climatológicas que van a influir, quizá decisivamente, en la marcha de la campaña
Estimo que varias son las variables que pueden marcar la marcha de la campaña, algunas las tenemos todos los años, otras se van incorporando y saliendo en función de las circunstancias que nos afectan cada año y que pueden variar.
Empezamos, como no, por la cantidad de cosecha, siempre es el primer dilema que entra en función, es normal, este dato hace variar enormemente las perspectivas de campaña. Sobre la campaña pasada, tendremos, se hable, de un 30% menos, sobre la media de los últimos años estaremos sobre un 20%. Una cosecha que se está estimando entre los 36 y 38 millones de hectólitros indudablemente es una cosecha corta, muy corta para el potencial que tenemos.
Es cierto que a esta cantidad hay que sumarle algo que casi nunca ha entrado en juego de una manera tan grande como ahora, y son los excedentes, al venir de una campaña grande, los excedentes amortiguan en parte el descenso de cosecha, convirtiéndola de una mala cosecha a una cosecha que puede estar dentro de la normalidad o normal-baja.
Influye enormemente el conjunto de Europa, donde el descenso es también grande y quizá no lleguemos (lo sabremos en pocos días) a los 160 millones de hl. cuando el año pasado estuvimos, si no recuerdo mal, por encima de los 190. La semana próxima sabremos también las previsiones de cosecha mundial que nos dará la OIV. Todo esto influirá también en la marcha de la cosecha.
Los mercados internacionales, a pesar de todos, están sometidos, como siempre, a fuertes competencias, Italia desde el lado europeo, Argentina con precios muy baratos, no cabe duda de que nos pueden hacer daño a la hora de exportar. El brexit, que aún no sabemos cómo termine, pero que seguro nos perjudicará y los aranceles que nos han impuestos los estados unidos, son otros retos importantes que deberemos superar.
Y hablando de mercados, el interior, el doméstico, estable o con ligerísimas alzas de consumo, alrededor de 10 millones de hectolitros, pero que vemos, año tras año, que es incapaz de mover los mercados, al ir con su marcheta acompasada y lenta.
Otros factores hay, sería muy extenso tocar todos, pero uno que va a influir decisivamente y no solo esta campaña, sino que se puede ampliar a la siguiente, es la climatología. De momento en las zonas productoras, afectadas por la sequía, no ha llovido lo esperado en este otoño, la sequía persiste, es cierto que en una semana se puede descartar si lloviera abundantemente, pero de momento no ha ocurrido. Y lo que está claro es que si en otoño, invierno y primavera, no lloviera de una manera normal, para superar o quedarnos en un mínimo de 300 a 350 litros por metro cuadrado, la vendimia próxima podría ser un desastre aún mayor que el que hemos tenido este año, por lo que los precios de los vinos subirían con total seguridad. Por otro lado, si lloviera abundantemente y la cosecha próxima fuera abundante, que también puede ser, el precio del vino se podría venir abajo.
Conmoverán muy difícil de hacer un pronóstico, sobre todo por este último punto que acabo de comentar. Y como un cliente y amigo me dijo al finalizar la vendimia, con toda la razón: “Las previsiones de un negocio no la podemos dejar en manos de la climatología…”