La superficie de regadío en viñedo de uva de transformación se ha mantenido bastante estable en los últimos años. Alcanzó un máximo de 386.526 hectáreas en 2019, para luego ir reduciéndose ligeramente en los años siguientes hasta quedar, según la Esyrce de 2022, en 383.344 hectáreas, equivalente a casi un 10,2% de total de la superficie regada en los diferentes cultivos, con una disminución de apenas 116 hectáreas en 2022 respecto al año anterior y del 0,82% de 3.182 ha menos sobre 2019 y pese a haber elevado su representatividad respecto a la superficie total de regadío en España.

El viñedo de uva de transformación es, junto con el olivar y los frutales no cítricos, el cultivo donde mayoritariamente se han venido implantando sistemas de riego localizado. Según el Ministerio de Agricultura, desde 2011, este sistema de riego se ha implantado en 57.751 nuevas hectáreas de este cultivo, mientras que los sistemas de gravedad y aspersión, a pesar de las fluctuaciones de los últimos años, han venido representando históricamente un 3% de media de esta superficie de cultivo en nuestro país.

La superficie de viñedo de uva de transformación con riego localizado fue en 2022, según el Esyrce, de 370.584 hectáreas, lo que supone un 96,7% del total, con un máximo alcanzado entre 2012 y 2022 de 372.413 hectáreas, que se logró en 2020.

Por tanto, el resto de tipos de riego son muy minoritarios en el viñedo para vino en España, con 7.339 hectáreas regadas por gravedad (a manta, en surcos, alcorques, etc.), con un peso relativo del 1,91% sobre la superficie regada tota; y otras 5.305 hectáreas de viñedo de transformación en las que hay instalados sistemas de riego por aspersión (un 1,38% del total). Queda como testimonial el área regada mediante sistemas automotrices (sólo 107 hectáreas).

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