La Conferencia
Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), la asociación que
representa a las denominaciones de origen de vino, considera que el acuerdo
alcanzado entre la Unión Europea y China para la protección recíproca de
indicaciones geográficas es muy positivo, no solo para las denominaciones de
origen, sino para todo el sector del vino de la Unión Europea, principal sector
exportador del conjunto de la Unión.
Madrid, 07 de noviembre de 2019.
Para la asociación nacional de denominaciones de origen de vino, la conclusión
de las negociaciones entre la UE y China para el acuerdo de protección
recíproca de 100 indicaciones geográficas de ambas partes en sus respectivos
territorios, a las que se sumarán otras 175 indicaciones más, tanto de China
como de la Unión, en los 4 años posteriores a la entrada en vigor del mismo,
supone un paso muy
relevante en la progresiva consolidación internacional del concepto D.O.,
como una herramienta que ayuda a vender con mayor valor económico, que confiere
prestigio y reputación a sus productores, elaboradores y al conjunto del
territorio y de sus habitantes detrás del nombre de la denominación de origen y
que contribuye a competir en el mercado internacional.
CECRV recibe con
satisfacción el principio de acuerdo, que aún debe ser
ratificado por el Parlamento y por el Consejo Europeo y que, una vez adoptado
por dichas instituciones, entraría en vigor, previsiblemente en la segunda
mitad de 2020. El acuerdo incluirá inicialmente a 8 denominaciones de origen de
vino españolas (Rioja, Cava, Cataluña, La Mancha, Valdepeñas,
Jerez/Xérès/Sherry, Navarra y Valencia), entre las 100 IIGG agroalimentarias de
la Unión Europea que se protegerán inicialmente, a las que se sumarán otras 15
(Somontano, Cariñena, Alicante, Utiel-Requena, Málaga, Manzanilla-Sanlúcar de
Barrameda, Ribera del Duero, Rueda, Bierzo, Toro, Jumilla, Empordà, Penedés,
Priorat y Rías Baixas.) en un periodo de 4 años tras la entrada en vigor del
mismo, entre las 175 adicionales que se incorporarán al texto.
La protección de las denominaciones de las origen evitará y anulará el registro de
marcas que puedan suponer un riesgo de confusión a los consumidores chinos
respecto al verdadero origen de los productos, así como respecto del
cumplimiento de las condiciones de producción y elaboración que determinan las
DDOO en las que se inscriben los productos que emplean su
nombre en la comercialización, recogidas en sus pliegos de condiciones. Las
denominaciones de origen protegen el saber hacer acumulado y vinculado a una
zona y son patrimonio colectivo de los agricultores y elaboradores de la misma,
así como del conjunto de los habitantes de sus territorios, por lo que su
protección por parte de las instituciones públicas en un mercado tan importante
como China es una forma de protección
de nuestra herencia colectiva.
China es actualmente el 4º mercado internacional para los vinos con
denominación de origen de nuestro país, el segundo en lo que a países terceros
(fuera de la UE) se refiere, tras EE.UU., y uno de los más inversión y
esfuerzos comerciales recibe por parte de nuestras denominaciones de origen y
sus operadores.